Brillando con luz propia

 

Con el alma despeinada, la sonrisa por bandera y los ojos brillantes de ilusión. Es así como conocimos a Edith del Campo. Una mujer que, como los rayos de luz, te llenan de calor y te transmiten energía. Esa energía positiva que te hace seguir caminado incluso en los días de lluvia. Uno de esos espíritus libres a los que uno tiene ganas de asomarse, como a una ventana llena de sol.

 

Su entusiasmo, compromiso y dinamismo pronto impregnaron el corazón del equipo, convirtiéndose en pieza clave de este gran puzle que hoy en día forma nuestra Lanzadera. Siempre dispuesta a dar lo mejor de sí y a ayudar a los demás en cualquiera ámbito, nos demostró que es una persona polifacética, artista y comprometida.

 

Esa magia que la envuelve, la convierte en toda una caja de sorpresas. Y es que desde bien pequeñita, sus ganas de aprender y su personalidad autodidacta, la llevaron a adquirir diversas competencias, recalcando entre otras su destreza con los idiomas. Su inquietud y curiosidad por viajar y conocer otras culturas hicieron que emprendiese andadura por los parajes de la lengua inglesa, siguiendo su larga travesía por el portugués, japonés y alemán. Idiomas de los que adquirió habilidad no solo en su formación, sino también a nivel profesional.

 

 

Así es la vida de nuestra compañera y amiga Edith. Un continuo aprendizaje. Un atreverse a experimentar, soñar y nunca desistir. Una lucha incesante por transformar sus ilusiones en realidad, convirtiendo en pasión todo aquello a lo que se entrega. Una de esas personas que hacen que tu risa sea un poco más fuerte, tu sonrisa un poco más radiante y tu vida un poco mejor. ¿Te la vas a perder?