Aprendiendo de los mejores

El pasado jueves 23 de enero se celebraba en el Palacio de Congresos de Oviedo la conferencia "Aprendiendo de los mejores", organizada por Oviedo Emprende, y desde los Super 20 nos acercamos para echar un vistazo, puesto que también consideramos que en nuestro proceso de crecimiento personal y profesional es muy importante aprender de los que más y mejor hacen.

"Aprendiendo de los mejores" es un libro de Francisco Alcaide, conferenciante, escritor y formador en temas de liderazgo y formación, que en esta ocasión estaba acompañado por otros dos ponentes: Javier García, del Instituto CIES y Sintetia, y David González, deportista y presentador del programa de la TPA Asturias al Límite. Los tres hablaron en la conferencia sobre qué habían aprendido en su trayectoria profesional, y cuáles consideraban que eran las claves que hacen que una persona tenga éxito.

En primer lugar, Javier García hizo un repaso de su trayectoria profesional bajo el título "Y yo, ¿qué he aprendido?" y nos contó cómo su carrera emprendedora se había guiado por un sentimiento de búsqueda de libertad. Nos dio una de las primeras claves de la tarde: para avanzar, hay que conectar la pasión con el trabajo. Eso sí, hay que controlar la pasión, puesto que ésta también puede matar. Volcarse demasiado en ella sin ningún control puede llevar a la ruptura física, y a veces esto sucede en el peor momento posible. Por ello, es muy importante saber centrarse en lo importante: dar prioridad a lo superfluo es empezar mal. Javier García nos lanzó entonces una pregunta que creemos que deberíamos plantearnos a diario: Si solo pudiera hacer una cosa al día, ¿qué sería? ¿Y si fueran dos? ¿Y tres?

Para conseguir llegar a una meta, basándose en la filosofía Keizen, hay que diseñar un plan y centrarse en el objetivo. Se trata entonces de tener una estrategia de salida y fijarse objetivos. Esta sería sólo la primera parte del trabajo, puesto que para ser el mejor no basta con entrenar la estrategia: las ideas, sin ejecución, son solo ensoñaciones. Hay que entrenar la disciplina -el deporte es una buena herramienta- y la paciencia. Además, hay que saber ver los errores, no perder el contacto con la realidad y cambiar si no se consiguen resultados. En resumen, los éxitos necesitan paciencia, tiempo, aprendizaje, y capacidad de "sudar la camiseta".

De la conferencia de Francisco Alcaide pudimos sacar varias ideas importantes: en primer lugar, que no existen los límites. El punto de partida de cualquier cosa que podamos lograr es la imaginación, y la imaginación no los tiene. Pero muchas veces, tenemos creencias limitantes, que nos hacen tener una visión de la realidad equivocada, y creemos que esa realidad es LA realidad, lo cual nos impide avanzar. Es cuando surge el pensamiento del "no se puede hacer, esto es imposible", y nuestro cerebro desactiva la búsqueda de soluciones. Para lograr algo, debemos desafiar nuestras creencias, y seguir buscando soluciones mediante la técnica del ensayo-error.

La siguiente idea fundamental es que cualquier persona puede lograr lo que quiere. Todos tenemos el potencial para ser lo que realmente queremos ser. Cuando alguien triunfa, tendemos a pensar que esa persona tiene un don especial, pero en realidad no hay personas especiales. Creemos que no podemos llegar al nivel de los otros porque nos infravaloramos; esta es la mayor debilidad humana. Cuando nos infravaloramos, nos sentimos pequeños, y por ello nos fijamos metas pequeñas. Debemos superar esa falta de confianza en nosotros mismos, superar los bloqueos emocionales propios, y así tendremos el impulso para lograr el objetivo mayor que deseamos.

La última idea principal es que lo que uno es condiciona lo que puede llegar a ser, pero no lo determina. Muchas veces nos escudamos en el pensamiento de "yo soy así" para justificarnos, cuando tenemos la capacidad de aprender y evolucionar, no somos inmutables. Quizá haya que dedicar más tiempo y esfuerzo desde nuestro punto de partida, pero podemos conseguir recorrer el camino hasta la meta que nos interesa. Si planificamos cómo llegar y nos preparamos, aumentaremos nuestras opciones de vida, y con ellas nuestras posibilidades de tener éxito. Si no tenemos el resultado esperado, ese resultado no es el problema, sino que es resultado de un problema, y debemos buscar la solución en nosotros mismos.

Francisco Alcaide también nos señaló los diez rasgos que comparten las personas con éxito, los "mejores" que aparecen en su libro:

Las personas que tienen éxito tienen claro lo que quieren para poder llegar a ello. Se arriesgan, actúan porque saben que la acción es la perfección de la decisión: estudian, aprenden, practican, se equivocan y vuelven a empezar. Tienen disciplina: hacen lo que se tiene que hacer aunque no les apetezca. Se enfocan en un objetivo, porque la dispersión lleva a la mediocridad. Se ponen tiempos realistas para conseguir lo que quieren, tienen paciencia y no son cortoplacistas. Tienen autorresponsabilidad: no usan nada de "excusitis", "culpabilitis" o "victimitis". Deciden de antemano que, pase lo que pase, se sigue adelante. Tienen una actitud mental sana, son optimistas, resilientes, y no se flagelan ante las equivocaciones. Se mueven por los entornos adecuados, eligen rodearse de personas que no contagien creencias negativas. Y por último, tienen una actitud de mejora continua: nunca bajan la guardia ni se duermen en los laureles en caso de éxito.

Por último, David González presentó las habilidades que había aprendido durante el rodaje de esta nueva temporada de Asturias al límite: cómo hay que planificar y tener en cuenta todas las variables para poder llegar al objetivo, así como el trabajo psicológico que se necesita para tener la mente en su sitio y poder rendir en una competición. Nos remarcó la importancia del trabajo de visualización, puesto que el cerebro es plástico y se acostumbra a ir a donde lo enseñas que tiene que ir. El deporte viene del vocablo latino de-portare, es decir, salir por la puerta, salir al exterior, fuera de nuestro ambiente de trabajo, de estrés, de la vida diaria. Para ello es necesario tener iniciativa, dar un paso adelante y salir de la zona de confort. De su trabajo de entrenamiento para poder jugar un partido de rugby destacó la actitud necesaria para acometer cualquier tarea, la confianza en el equipo, puesto que no se puede hacer nada sin los demás, y la importancia del entrenamiento: la genética es algo que no se puede controlar, pero supone sólo una pequeña variable dentro de todos los factores internos y externos que podemos trabajar. Además, hay que trabajar otras habilidades como el liderazgo, la motivación, la superación, y cuando se coge el ritmo en una tarea, aprender a dejar que fluya para llegar a un estado de concentración en el que se disfruta. Su idea final fue que debemos explorar nuestros límites: sólo desafiando nuestros miedos podemos evolucionar y mejorar.